jueves, 3 de marzo de 2011

Historia de un zapato

Si yo fuera un zapato; quizás un zapato viejo, un zapato ya gastado, gastado de andar y andar por veredas, por senderos, por caminos, por un mundo; un mundo alguno entre otros, entre algunos o entre todos mas no todo; si yo fuera ese calzado o incluso en vez de zapato yo fuera sandalia vieja, sólo vieja de sapiencia, de vivir y no de tiempo; imagino que tendría más que un mucho de puñados de recuerdos. Y, ¿qué serían los recuerdos en este vivir intacto, en éste mi pensamiento, mi indumentaria de abstracto?; quizás los recuerdos fueran todo el polvo del camino, o quizás es sólo un poco mi tierra en mi viajecito, en mi algún mundo entre algo...¡Qué no se levante tierra, que se la lleva el zapato!... diría algo, ¿quién sabe?, quizás el viento gritando... o muriendo... o marchando... o simplemente soplando... ¡Pero un momento, un descanso... que no me imagino tanto quién es el otro zapato! Quizás es la compañera a la que tanto acompaño. Y si me sigo pensando, me pienso ya preguntando; siendo yo y ella zapatos, en mi vida caminando; yo en su vida acompañado y ella en la mía otro tanto... ¡alguien tiene que llevarnos!... Aquí ya no hallo respuesta, la solución voy pensando... Pero debo darme prisa, no puedo perder ni un paso... el camino se hace duro y yo soy sólo un zapato, zapato que poco a poco, zapato que paso a paso, zapato se va gastando, se acaba, se está acabando...

No hay comentarios:

Publicar un comentario